El mito de Minotauro
Cuentan
que el rey Minos, de Creta, se llenó de ira cuando se enteró que su hijo,
Androgeo, había sido asesinado en Atenas después de una competencia olímpica,
en la que había resultado ganador. El rey Minos le declaro la guerra a
Atenas después de vencerles les impuso
varias sanciones, muchas de ellas económicas. Pero había un castigo terrible,
que llenaba de dolor y coraje a los atenienses: debían entregar cada nueve
años a siete jóvenes y siete doncellas
como sacrificio para el Minotauro, la bestia que era mitad toro y mitad humano
y que solo consumía carne humana. El Minotauro habitaba en el Laberinto, que
era un lugar donde se hallaba cautiva la bestia. Dado el temor que los propios
habitantes de Minos le tenían, le habían diseñado un lugar del que no podía
escapar; en el laberinto, la mayoría de los pasillos conducían siempre al
centro, de tal modo que el minotauro no podía escapar; lamentablemente tampoco
podían hacerlo los jóvenes que entraban allí como sacrificio, Teseo, hijo del rey
Egeo, decidió acabar con esta terrible afrenta. Pidió a su padre que le
permitiera ser uno de los jóvenes enviados y así poder enfrentar al Minotauro.
Egeo suplicó a su hijo que no hiciera tal sacrificio, pero fue en vano.
Cuando llegaron los catorce jóvenes al Palacio de Creta, Ariadna, la
hija del rey, quedó prendada del hermoso y viril Teseo, ella sabía que nadie
podía salir del Laberinto, así que en secreto entrego a Teseo un ovillo de
hilo, el cual iría soltando a medida que
avanzara dentro del laberinto. Así, si lograba dar muerte al Minotauro,
bastaría con volver a enredar el hilo en el carrete para encontrar la salida.
Teseo enfrento a la bestia, le dio muerte y logro salir siguiendo los consejos
de Ariadna. Después, Teseo huyo de Creta con Ariadna.(GOMEZ,2012)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario